Hay días que nada más despertar ya sabes que van a ser aburridos, es fiesta, llueve, no tienes ganas de mucha actividad.
Nada más levantarte te tiras en el sillón, la tele te aburre aún más, y pensar en contactar con los 126.849 amigos del facebook te da pereza.
Piensas que tienes que limpiar el polvo de ese mueble de la pared… otro día.
Comes algo que había en el fondo del frigorífico, a mano derecha.
Tomas un café.
Cuelgas en el armario la ropa que llevaba varios días sobre tu sillón favorito.
Y sobre el por fin desocupado sillón, te acomodas, esperando que se te ocurra algo para ocupar las horas que aún le quedan al dichoso día.
Me encantó la entrada y las fotos.
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