Según el diccionario de la RAE en su primera acepción: Que no tiene cortado el pelo, y en su tercera acepción: Dicho de un ejemplar de una edición o de un libro: Que se encuaderna sin cortar los pliegos de que se compone.
Y que quien quiera leer tendrá que rasgar con cuchilla o abrecartas, quedando el ejemplar con un aspecto rústico, sin la igualdad en sus hojas que da el paso por la guillotina.
Así que si en nuestra biblioteca o biblioteca ajena encontramos algún ejemplar con las "barbas" sin cortar, nos indicará que el libro jamás fue leído. Hecho por otra parte que le da un valor extraordinario para los bibliófilos como, con mucha ironía, escribe en su Biblia de los bibliófilos Víctor Infantes: "Qué mayor honra que adquirir un libro que no tiene la más leve señal de
haber sido leído, incólume y virginalmente conservado; y transmitirlo
así, para otros afectos, sin el más mínimo testigo de una ignominiosa
lectura."
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